Sunday, May 08, 2005

Dominguerías

Es curioso lo de los domingos por la mañana. Si madrugas un poco parece que tienes un montón de día por delante, pero al rato te das cuenta de que ha pasado el tiempo, de que casi es la hora de comer y aún no has hecho nada. Por eso, al domingo siguiente te propones madrugar un poco más y así poder hacer algo de lo que dejaste de hacer el domingo anterior, pero... el sábado por la noche hubo una fiesta, te acostaste tarde y no hubo manera de madrugar. Y así sucesivamente.
Claro que además, según cumples años ( y yo tengo unos cuantos ya) los días duran cada vez menos, incluidos los domingos.
Pero también es verdad que algunos días gloriosos cunden. No sé si es por la concentración con la que te aplicas en algún tema o simplemente porque la mañana tiene un color especial o porque empieza la primavera, algunas mañanas parecen inacabables y disfrutas de su duración. Ahora las aprecio mucho más quizá por su escasez.
Los desayunos de domingo tienen que ser especiales, normalmente por dos causas: porque tomas otras cosas o porque siendo las mismas, desayunas con compañía. En cualquier caso eso está bien y forma parte de la ceremonia que en sí es el vivir un domingo.
Por cierto, y como domingo de mayo, me estoy yendo a la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión del Paseo de Recoletos.

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